Réquiem en Mayo



                                             El viaje de Athor

                        Hay un sendero que me lleva por el monte,
                        a los pies de la madre encina donde descansas.
                        Bajo su sombra, entre aromas de tomillo y romero,
                        con ternura y un manto rojo, te arropan las hadas.
                        Un mochuelo en el majano, vela tu reposo sereno.

                        El mirlo se asoma todos los días al jardín,
                        y el gato del vecino viene a la puerta por verte.
                        Los conejos tras los que corrías siempre
                        y que nunca alcazabas, preguntan si vas a venir.
                        Hoy me siento incapaz de aventurarles tu suerte.

                        El cielo infinito no parece ser el mismo cielo.
                        En casa, tanto silencio golpea mi espíritu,
                        acostumbrado como nos tenias a la bulla y al jaleo.
                        No hay nadie escondido detrás de la puerta
                        que me regale un tesoro, como tu pequeño madero.

                        Guardo como prendas: tu pelota raída,
                        el lazo que nos unía, y unas fotos de recuerdo.
                        La mirada profunda de unos ojos inquietos,
                        tu compañía ausente hoy, en esos alegres paseos.
                        Dejaste amor a puñados, de un corazón inmenso.




                        En este rincón grabo cuatro versos rotos
                        como adorables juegos inacabados.
                        Lucho con palabras que no encuentro,
                        para agradecer una vida a mi lado,
                        y un ramillete de mimos interesados.
                        Hiere el alma, un acero que no espero.
                        ¡Como duele! el trozo de mi rasgado.
                        Una recia cadena de la que no me libero. 

                        Va pasando el tiempo lento, lento;
                        y sigo con el nudo, duro y entero.
                        Mil veces te llame perro faldero.
                        Aquellas faldas, no tienen consuelo.
                        En el monte hay un sendero errante, 
                        por donde con mi pesar, voy y vengo.
                        Tierra a los pies, polvo en los sueños.                       
                        A la espalda se esconde el horizonte.

                        Entre amapolas y enagüillas de la Virgen
                        avanza impasible, un Mayo traicionero
                        con un azar caprichoso de la mano,
                        que me roba lo que tanto quiero.
                        A sorbos va pasando el licor amargo
                        Con tu preciada joyita de equipaje,
                        el barquero está pagado.
                        ¡Buen viaje compañero!
                        
                        
                        Siempre tuyo, este pregonero


19 comentarios:

Laura de Bife dijo...

Hermoso homenaje para tu compañero y amigo Ator.
Te acompaño en el sentimiento y comprendo profundamente tu dolor.
Nuestras "mascotas", son mucho más que eso... Son parte de nuestra familia.
Un abrazo muy fuerte para vos, de corazón.
Lau.

El pregonero cabreao dijo...

Gracias Laura, llevaba cuatro años con nosotros y la verdad es que era uno más en todos los sentidos. Le queriamos y se sabía querido. Nos lo demostrabamos día a día. Ya de ésto hace tres semanas y hasta hoy que publiqué este pequeño homenaje fui incapaz de escribir nada sin romperme.

Un fuerte abrazo

awacat.es dijo...

Vaya pena, Ángel. Perder a un amigo como Ator. Hace poco leí algo que me gustó: Quiero ser tan buena persona como mi perro.

Yo le he dejado dos días y no ha comido hasta que he llegado, llorando mi ausencia.

Cúanto lo siento..

¡Abrazos!

Anónimo dijo...

Hermoso poema a tan fiel amigo .Confidente silencioso y rebosante de cariño .Ellos son cómplices de nuestros estados anímicos , los intuyen y te acompañan impasibles , esperando con su mirada un cambio de actitud .
Un sincero abrazo amigo ,allí donde quiera que esté , seguirá contigo
Lo siento Ángel

El pregonero cabreao dijo...

Gracias Blanca. La vida te sorprende con estas cosas. La verdad es que no estaba preparado y todavia me cuesta asimilarlo.

No me estraña el comportamiento del tuyo. Los tópicos de que son mejores que muchas personas o que solo les falta hablar no son tale, realidad pura y dura.

Bssss.

El pregonero cabreao dijo...

Gracias Carlos. Defines a la perfección los sentimientos que me merecen. No sé lo que daría por no tener que haber escrito esto.

Un abrazo

Juan Mercader dijo...

Lo siento Angel, un perro ocupa un lugar en tu vida que es muy difícil de cubrir cuando se va, y es que no es un perro, al final es algo más, bastante más, duele. Bonito homenaje a Athor. Saludos.

El pregonero cabreao dijo...

Muchas gracias Juan. Efectivamente,algunos dicen que solo es un perro, lo que me lleva a pensar que nunca han tenido uno y desde el desconocimiento se suele ser así de simple.

Reconozco que mi corazón ya no está para estas cosas. Mi hijo dice que era su hermano y para mi poco menos que un hijo más.

Un abrazo

Civilizacion dijo...

quisiera tener la suerte de encontrar amigos como ustedes,segun el hombre cuide y trate a sus mascotas puede valorarse como humano ,decididamente ustedes ilustran y enaltecen a la raza humana,gracias por estar aqui para enseñarnos lo que es amistad , amor al projimo,lealtad, valores casi extintos en estod dias

El pregonero cabreao dijo...

Hola Jesus, a pesar de tanto desaprensivo y el ruido que hacen, sigo convencido que merece la pena luchar por un mundo mejor, no solo por nosotros sino por los que vengan detrás. El respeto y amor a los animales con quienes compartimos nuestra vida es un valor al que no deberíamos renunciar.

Gracias por amable visita.
Saludos cordiales

El pregonero cabreao dijo...

Gracias por tu visita y comentario Emilia. Estamos en contacto.

Un abrazo.

Pedro Alejandro Iñigo Espinosa dijo...

¿Sabes? dice la leyenda que hubo hace mucho tiempo un hombre muy bueno, sin asomo de maldad, amigo de sus amigos, fiel a quien le daba una sola seña de cariño y capaz de dar la vida por cualquiera. Nunca hizo mal y cuando murió, los dioses comprendieron que ese hombre unico bastión de la ausencia de maldad en el mundo no podía desaparecer. Con sus huesos crearon al perro y se lo entregaron al hombre para que la bondad no desapareciese nunca del mundo.
Lamento tu perdida.

El pregonero cabreao dijo...

Buenos días Pedro, desconocía la leyenda, pero es una forma sencilla y preciosa de describir lo que este animal significa para los humanos y que millones de historias unas conocidas y otras anónimas nos lo demuestran continuamente.

En mi caso doy fe de ello y por más que diga en unos versos mas sentidos que atinados ni por asomo le haría justicia, ni puedo expresar lo que para mi casa ha supuesto esa pérdida. Mi hijo le llamaba su hermano, con eso lo digo todo.

Mil gracias por el detalle. Me emocionó leerlo y resulta tan reconfortante como entrañable.
Un abrazo.

espia ruso dijo...

Has sabido reflejar los sentimientos que me invaden desde hace unos años, que me producen, aún hoy cuando me acuerdo, un nudo en la garganta y ganas de llorar. Sé que dicen que los hombres no lloran, pero no es cierto, cuando tuvimos que sacrificar a Blues, una bestia de 60Kg, lloré, lloramos amargamente en casa. Desde que abrió los ojos, rescatado de una muerte segura, desde los biberones de madrugada...hasta la mirada triste, cargada de dolor, la mirada suplicante, como pidiendo tregua en el sufrimiento, hasta ese momento, nos hizo felices. Hoy hay otro en su lugar, también muy querido, muy golfo pero Blues fue el primero, el que después de muchos años completó lo que faltaba en nuestras vidas.
Comparto tu pena, amigo.

El pregonero cabreao dijo...

Hola espia ruso los que tenemos animales de compañía y les queremos coincidimos en estos sentimientos. En casa al que mas y al menos también se nos escaparon unas lágrimas; un comportamiento muy humano de los que tienen "corazón".

Sinceramente agradecido por tus palabras...
Un abrazo

Anxious dijo...

Precioso, reflejas de un modo muy claro cómo se siente uno cuando deja de tener a su lado a su mascota... Me ha hecho ponerme a pensar en mi perrete, que después de 18 años conmigo decidió que era hora de irse, han pasado ya unos meses y no me acostumbro a su ausencia.
Siento tu pérdida.
Un saludo de una nueva seguidora de tu blog.

El pregonero cabreao dijo...

Muy amable Carmen. Hemos adoptado a Robbi después de un año. Tiene muy buen carácter, se porta bien y se deja querer, pero Athor no se me va de la cabeza. Era mucho Athor a veces sin darme cuenta le llamo a Robbi, con su nombre. En fin, que debe ser como el primer amor que no se olvida nunca.

Muchas gracias por el comentario y tu tiempo.
Abrazos

Unknown dijo...

Una frase sencilla que demuestra hasta que punto se puede querer a un perro. como ha sido tu caso, y también el mio.

"Sucede que cada vez que pierdo un perro, se lleva un pedazo de mi corazón con él. Y cada perro que entra en mi vida me regala un trozo del suyo. Si logro vivir lo suficiente, todas las partes de mi corazón serán de perro y llegaré a ser tan generoso y bueno como lo son ellos". (Alguien)

El pregonero cabreao dijo...

Estas interrelaciones de sentimientos solo lo entienden realmente los que son protagonistas de ellas. Si sucede como dice ese "alguien" la nobleza y corazón se saldrén del pecho.

Gracias ChayChacho por tu tiempo y palabras. Reconforta.
Un abrazo.

 
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